lunes, 17 de octubre de 2011

despedida de blogger

Hola!
pueden acceder mi nuevo blog,

http://mariaemmafaria.blogpsot.com

voy a tener las mismas entradas de este, solo que cambie el hosting.

sábado, 15 de octubre de 2011

looking forward.

Una de las cosas más difíciles que puede encontrar el ser humano es aprender a hablar las cosas que siente como son.
A todos nos pasa, que encontramos dificultad en pedir que nos cambien las papas en el restaurante porque están viejas, sabemos que no están recién hechas, sin embargo nos la comemos así porque no queremos que nos escupan el siguiente paquete.

Es solo un ejemplo, pero así somos, como yo, que tengo algo que me consume internamente, pero no quiero conversarlo con nadie, puede ser que no quiero recargar a otra persona con mis tonterías, no quiero parecer débil ante los demás, no quisiera tampoco que supieran cuan insegura puedo llegar a ser con unos temas, no quiero que me vean llorando, no quiero que los demás comenten con otros mis problemas, hay miles de cosas que podrían justificar no querer compartir lo que pienso con nadie.

Sin embargo, sé que todos hacemos esto en algún momento. Nos guardamos ese pequeño sentimiento de dolor o enojo que tenemos y lo escondemos en algún rincón de nuestro corazón y seguimos por ahí con la frente en alta, con esa risa fingida, que solo nosotros sabemos que es falsa y evitando demostrar la decepción que nos acompaña.

Y hablarlo es tan fácil, debería serlo. Pero no lo es.

Y es ahí cuando te sientas un momento en el balcón de tu vida, no donde te sientes superior, pero si donde puedes observar como un espectador el resto de las cosas que suceden a tu alrededor. Observas como otros llevan el ceño fruncido al caminar o tienen preocupación dibujada en el rostro, notas el esfuerzo que hace la persona en demostrar que todo está bien, pero tú notas que está actuando.
Lo sabes porque lo haces también.

Sería tan hermoso que por un momento la gente se detuviera un momento y aprendiéramos a perdonar de corazón a los que nos lastimaron, a entender cuando nosotros hicimos daño y disculparnos genuinamente. Tomarse otro segundo y abrazar a quienes amamos y hacerles ver lo importante que son para nosotros. Reflexionar hasta donde hemos llegado y ser agradecidos con lo que tenemos, comprender el hecho que nuestras vidas no son perfectas, pero tenemos tanta bendiciones que no podemos apreciar.

Poder parar un segundo y decidir volver a ser genuino, sin importar que van a pensar los demás de ti, porque ellos también tienen la libertad de ser quienes son realmente. Ser como niños, que no importa que tienes puesto, que comiste ese día, que raza eres o como eres por fuera.

Es un mundo de ilusiones. Lo sé.

Igual que todo mundo, tendré que seguir caminando por la vida, como ese robot corporativo que somos todos, guardando lo que me entristece y riéndome falsamente de la vida. Algún día lograré gritar lo que llevo dentro y sé que haré la diferencia, pero que harás tú cuando eso pase, te liberarás conmigo o me juzgarás por querer ser feliz?